El dolor de espalda es una de las enfermedades más frecuentes en el mundo occidental. Hasta el 80% de las personas de todos los grupos de edades se ven afectadas. Con frecuencia la causa es la hernia discal.
DiscoGel® es un nuevo método, desarrollado por investigadores franceses que permite el tratamiento rápido con éxito de la hernia discal sintomática.
La terapia consiste en inyectar un gel de etanol radio-opaco directamente en el disco intervertebral bajo control radiológico a través de una aguja espinal.
Este procedimiento dura de 20 a 30 minutos aproximadamente, es ambulatorio y se realiza con anestesia local.
Las características hidrófilas del etanol producen una deshidratación de la parte prolapsada del disco intervertebral, que comprime las raíces nerviosas periféricas y causa dolor. Este desplazamiento de los fluidos se ve reforzado por la presencia de una macromolécula de acción osmótica (un derivado de celulosa insoluble en agua).
Mediante el contacto con el agua el derivado de etanol-celulosa se solidifica, lo que significa que se comporta como una prótesis. Esto también constituye una barrera física para el enlace de moléculas proinflamatorias en el origen del dolor fuera del disco.
Se produce una primera descompresión de los nervios raquídeos comprimidos en un plazo de horas o pocos días.
En los pacientes con hernias discales recientes “simples” se obtienen resultados de buenos a muy buenos en más del 90%, en situaciones difíciles entre el 80 y el 85%.
El periodo para la desaparición del dolor puede ser de hasta tres meses, sin embargo, suele producirse una mejora evidente de los síntomas dentro de las primeras tres semanas.
Preguntas frecuentes
El procedimiento consiste en una inyección de etanol gelificado (alcohol) en el disco intervertebral herniado. Según el nivel del raquis afectado, la inyección se efectúa por vía posterolateral en el caso de las hernias lumbares o torácicas y lateral anterior en el caso de las hernias cervicales.
A continuación se induce la migración del agua desde la “bolsa de la hernia” hacia la parte central interna del disco, lo que libera a la espina dorsal de la compresión de las raíces nerviosas.
Una vez se ha eliminado la compresión medular/radicular, el dolor principal desaparece muy rápidamente. Durante las semanas posteriores al tratamiento con DISCOGEL®, puede persistir una cierta sensación de incomodidad, que normalmente desaparece a las seis semanas de la inyección de DISCOGEL®. Con el fin de tratar el área afectada de manera más completa, el tratamiento con DISCOGEL® puede complementarse con anti-inflamatorios, efectuándose la inyección a nivel de las unione
Se aplica una sedación ligera con el objeto de que el paciente permanezca quieto y relajado, junto con anestesia local para evitar el dolor. El paciente está tranquilo pero permanece consciente. No es necesaria la intubación ni la anestesia general, con lo que se evitan las posibles complicaciones relacionadas con este tipo de anestesia.
En la mayoría de los casos se trata de una intervención de carácter ambulatorio: el paciente acude al hospital, se somete a una ligera intervención y puede volver a su casa ese mismo día.
Se produce una mejora de los síntomas entre la primera y la sexta semana posteriores a la inyección de DISCOGEL®, mientras que normalmente en el caso de la cirugía convencional este período es de tres meses.
De acuerdo con la edición de octubre del 2007 de la revista “Journal of Spinal Disorders and Techniques”, los resultados del tratamiento percutáneo de las hernias intervertebrales lumbares se consideraron muy satisfactorios en un 91,4% de los casos (Grupo A: 202/221 pacientes). En el caso de los pacientes con hernias complicadas que fueron tratados con DISCOGEL® (pacientes que presentaban un canal estrecho, una hernia foraminal o una hernia hiperalérgica), encuadrados dentro del Grupo B, se practicó adicionalmente una disectomía percutánea automatizada. En los pacientes del Grupo C, el tratamiento con DISCOGEL® se complementó con un tratamiento mediante radiofrecuencia. Los resultados de estos dos últimos grupos considerados como muy satisfactorios o satisfactorios fueron el 84 % y el 82 %, respectivamente. De acuerdo con la publicación citada anteriormente, sólo fue necesario efectuar una intervención quirúrgica posterior en el 0,7 % (2/276 pacientes) de los casos.
De acuerdo con la edición de octubre del 2007 de la revista “Journal of Spinal Disorders and Techniques”, sólo fue necesario efectuar una intervención quirúrgica posterior en el 0,7 % (2/276 pacientes) de los casos.
Una de las ventajas del DISCOGEL® es la no alteración de la anatomía osteoligamentaria de la columna. Así deja siempre abierta la posibilidad, en caso de ser necesario, de realizar un procedimiento quirúrgico posterior.
Durante cinco años de control no se produjeron recidivas.
Esta técnica no afecta a la altura del espacio intervertebral y el impacto sobre la anatomía del raquis es insignificante.
El tungsteno es un elemento radio-opaco (opaco a los rayos X) y sirve para mostrar “el gel” bajo fluoroscopia en tiempo real, lo que ayuda al médico a controlar la inyección. Además, en la realización de estudios radiológicos después de la intervención, éste permite comprobar que el emplazamiento del DISCOGEL® que se inyectó, sea satisfactorio.
La reanudación de la actividad física (todo depende del tipo de ejercicio y del paciente en cuestión) se produce normalmente de tres a seis semanas después de la intervención. El tiempo necesario para una recuperación satisfactoria después de la cirugía convencional es de tres meses.
No, debido a que es necesario desarrollar de nuevo la musculatura de los músculos cervicales, en la medida de lo posible y favorecer la recuperación de la potencia muscular en la zona tratada, eso sí, sin efectuar esfuerzos excesivos durante el período de recuperación.
Totalmente, ya que este procedimiento respeta la integridad de la espina dorsal. Los músculos posturales situados alrededor de las vértebras no resultan dañados. De este modo se minimiza el riesgo de inducción de adherencias formadas por colágeno y del aprisionamiento de fibras nerviosas que pueden producir radiaciones locales durante los movimientos.